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Aplicación de Toxina Botulínica para la Reducción del Músculo Masetero: Enfoque Estético y Terapéutico

Foto del escritor: Vanessa G., DermatólogaVanessa G., Dermatóloga

Actualizado: hace 4 días

Músculo Masetero
Músculo Masetero

En el ámbito de la dermatología estética, la aplicación de toxina botulínica para la reducción del músculo masetero ha ganado notable relevancia en los últimos años. Como dermatóloga especializada en procedimientos estéticos, he observado un incremento significativo en la demanda de este tratamiento en mi consulta. Este artículo tiene como objetivo proporcionar información detallada sobre este procedimiento, sus indicaciones y beneficios.




Anatomía y Función del Músculo Masetero


El músculo masetero es uno de los principales músculos de la masticación. Se trata de un músculo potente, ubicado en la región lateral de la mandíbula, cuya función principal es elevar la mandíbula durante la masticación. Su desarrollo puede deberse a factores genéticos o adquirirse por hábitos como el bruxismo o la masticación excesiva.


En algunos individuos, la hipertrofia del masetero puede generar una apariencia facial con prominencia mandibular y contorno facial cuadrado, especialmente en la región del ángulo mandibular. Esta característica anatómica puede ser percibida como menos armónica en ciertos patrones estéticos, particularmente en mujeres que buscan un rostro con contornos más suaves y ovalados.


Mecanismo de Acción de la Toxina Botulínica


La toxina botulínica tipo A (comúnmente conocida como Botox®, aunque existen diversas marcas comerciales) actúa a nivel de la unión neuromuscular, inhibiendo la liberación de acetilcolina, el neurotransmisor responsable de la contracción muscular. Esta acción provoca una denervación química temporal del músculo. Como consecuencia inmediata, se produce una disminución de la actividad muscular que, con el tiempo, conduce a la atrofia progresiva del músculo por desuso. El resultado final es una reducción volumétrica de la zona tratada, que se traduce en un refinamiento del contorno mandibular.


Es importante diferenciar esta aplicación de los usos más conocidos de la toxina botulínica para el tratamiento de líneas de expresión facial, ya que los objetivos, dosis y técnicas varían considerablemente.


Protocolo del Procedimiento


La aplicación de toxina botulínica en el músculo masetero requiere un conocimiento profundo de la anatomía facial y experiencia en la realización de procedimientos estéticos. El protocolo habitual comienza con una evaluación inicial exhaustiva para determinar si la prominencia mandibular se debe efectivamente a hipertrofia del masetero y no a otras causas como acumulación de tejido adiposo o estructura ósea. Posteriormente, se realiza una planificación del tratamiento donde se determina la dosis adecuada según el grado de hipertrofia y el objetivo estético deseado. Las dosis habituales oscilan entre 25-30 unidades por lado, aunque esto puede variar según las características individuales del paciente.


El procedimiento se realiza de manera ambulatoria en aproximadamente 15-20 minutos. Se identifican los puntos de mayor volumen muscular mediante palpación, solicitando al paciente que realice movimientos de oclusión. Generalmente se administran entre 2-4 inyecciones por lado, distribuidas en el tercio inferior del músculo, evitando el riesgo de afectar estructuras adyacentes como las glándulas parótidas.


Evolución y Resultados


A diferencia de la aplicación periocular o frontal de la toxina botulínica, cuyos efectos son evidentes en 3-5 días, la reducción del volumen maseterino sigue una progresión temporal distinta. Durante las primeras 2-3 semanas, se comienza a percibir una disminución en la tensión muscular y un leve refinamiento del contorno mandibular. Entre las 4-6 semanas, el efecto de relajación muscular alcanza su máxima expresión. Es entre las 8-12 semanas cuando se evidencia la atrofia muscular por desuso, con una reducción volumétrica claramente apreciable.


El resultado final es un rostro con contornos más definidos y estilizados, con una transición más armónica entre el tercio medio e inferior facial. Es importante señalar que el efecto es gradual y natural, evitando cambios drásticos que podrían resultar en una apariencia artificial.


Indicaciones Terapéuticas y Estéticas


Este procedimiento presenta un amplio espectro de aplicaciones tanto estéticas como terapéuticas. Desde el punto de vista estético, está indicado en pacientes con hipertrofia maseterina que desean un contorno facial más afinado, siendo particularmente valorado en la feminización del rostro, especialmente en mujeres con rasgos faciales marcados. Asimismo, constituye una herramienta valiosa en la armonización del perfil facial en conjunto con otros procedimientos estéticos.


En cuanto a las indicaciones terapéuticas, su aplicación ha demostrado eficacia en el manejo del bruxismo y trastornos temporomandibulares, así como en el tratamiento del dolor miofascial asociado a hiperactividad del masetero. Adicionalmente, contribuye a la prevención del desgaste dental por presión masticatoria excesiva, representando así una opción conservadora frente a tratamientos más invasivos.


Consideraciones de Seguridad


Como todo procedimiento médico, la aplicación de toxina botulínica requiere considerar posibles efectos adversos y contraindicaciones. Entre los efectos secundarios potenciales se encuentran la aparición de equimosis o eritema transitorio en los puntos de inyección, dificultad temporal para la masticación (especialmente de alimentos consistentes), asimetría leve por respuesta muscular diferencial y, en casos extremadamente infrecuentes, alteraciones en la articulación de ciertos fonemas.


Respecto a las contraindicaciones, no debe administrarse en pacientes con enfermedades neuromusculares como miastenia gravis, durante el embarazo y lactancia, en presencia de infecciones activas en la zona de aplicación, en casos de hipersensibilidad conocida a la toxina botulínica o sus excipientes, o en pacientes con trastornos de la coagulación no controlados.


Mantenimiento y Seguimiento


La duración del efecto oscila entre 4-6 meses, siendo variable según factores individuales como la respuesta metabólica del paciente, la dosis administrada y el grado de hipertrofia inicial. Para mantener los resultados, se recomienda realizar sesiones de mantenimiento cada 6 meses aproximadamente. Es fundamental la evaluación periódica para ajustar dosis según la evolución observada. En casos de bruxismo severo, resulta beneficioso complementar el tratamiento con otras terapias como férulas oclusales nocturnas o técnicas de relajación muscular.


La aplicación de toxina botulínica para la reducción del músculo masetero representa un excelente ejemplo de cómo los tratamientos mínimamente invasivos han revolucionado el campo de la medicina estética. Su eficacia, seguridad y resultados predecibles han posicionado este procedimiento como una alternativa valiosa frente a intervenciones quirúrgicas más agresivas.


Es fundamental que los pacientes comprendan que, si bien los resultados son significativos, la naturaleza temporal del tratamiento requiere un compromiso a largo plazo para mantener los beneficios estéticos y terapéuticos.


Como profesionales de la salud, debemos procurar siempre un enfoque integral, considerando tanto las expectativas estéticas del paciente como las implicaciones funcionales del tratamiento, para así garantizar resultados óptimos y satisfactorios.


Dra. Vanessa Giraldo C.

Médica Dermatóloga y Cirujana Dermatológica




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©2025 por Dra. Vanessa Giraldo. Dermatólogo en Bogotá.
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